De paso



La noche se despide con venideros vientos.
De la mano de un adiós parpadea la luna en el quicio.
Sólo queda el tiempo, las horas heladas, la bruma
cansada por la quietud de la espera.

Los días se sumergen en el abismo...

No hay programa de mano.
Sólo silencio.

© Beatriz Morín