Doce cincuenta y cuatro.
Habitando historias en cajas de madera
recorro esta noche de luces insomnes
con pomos rutilares que giran ante mis ojos.
Mi nada bordea las y cincuenta y cinco
derrotada por pasillos de piedra
repletos de páginas inesperadas
hasta después de mis huesos,
alborotados y culpables inconscientes
de hacerme desaparecer
justo a las doce menos cinco.
© Beatriz Morín
No hay comentarios:
Publicar un comentario