Cadencia imperfecta


Caen esta noche los párpados
sobre desiertos repletos de síes y de noes.
Apenas una lágrima les sigue a hurtadillas.
Se derraman las luces en las estancias vidriosas
en busca de los vértices de un labio:
el único capaz de pronunciar el último beso.

© Beatriz Morín